2013. COMIENZA UN NUEVO VIAJE; BÉLGICA: UN DÍA EN BRUSELAS.

Cada viaje comienza una noche cogiendo un bus desde a León ciudad hacia Madrid Barajas. Desde allí un vuelo a Bruselas.
El vuelo fue corto, 2 horas, que pasamos embaucados en un profundo, placentero y relajante sueño.

Llegamos a Bruselas a las 8 de la mañana, y teníamos 24 horas hasta nuestro siguiente vuelo hacia Cracovia.


La llegada y el comienzo del día fueron un poco decepcionantes. Estaba en nuestros planes alquilar un coche para trasladarnos al centro y visitar durante el día Bruselas de manera rápida, pero no reservamos el coche desde España, y tras preguntar en varias oficinas de "rent car" y ver que no era posible alquilar el coche por unas cosas o por otras, pasamos al plan B.
Antes "intentamos " que alguna persona, que si obtuviera el coche nos acercara por un módico precio al centro.

Tras el segundo "intento" fallido y 2 horas más tarde, plan B. Desde el aeropuerto de Charleroi sale un autobús que por el precio de 34€ y te lleva y te trae del centro de la ciudad. (El billete era de ida y vuelta.)

Una hora después llegamos a una de las estaciones centrales de Bruselas: Gare Du Midi.


Pensamos que lo mejor sería comenzar por visitar las cosas de interés más alejadas del centro, así que empezamos por el AtomiumLa línea 6 de metro nos llevo hasta allí. Cada billete de metro en Bruselas cuesta 2€.

En general, las líneas de metro no son demasiado buenas. Los vagones son antiguos y las paradas están descuidadas, careciendo en ocasiones de bancos, o de baños y dejando a la vista sucias paredes de hormigón. Estaban de reformas. Al parecer media ciudad lo estaba.

El Atomium significa para Bruselas lo mismo que la Torre Eiffel para París. Son símbolos que, creados para sorprender al mundo durante la exposición universal de cada ciudad y criticados en un primer momento, se han convertido en el mayor atractivo turístico de cada capital.

El Atomium fue el pabellón principal y el símbolo de la Exposición Universal de Bruselas de 1958.

El diseño del Atomium fue obra de André Waterkeyn y representa un átomo de hierro ampliado 165.000 millones de veces. La estructura tiene 102 metros de altura y está formada por 9 esferas comunicadas entre sí por tubos con escaleras mecánicas.

Tras visitar el Atomium, Miguel ya enfadado por la excesiva cantidad de fotos que le pedía que me hiciera, nos dirigimos hacia la Basílica Del Sagrado Corazón.






Hacía buen día. Para llegar a la Basílica volvimos a usar la línea 6. La Basílica está situada en el periférico barrio de Koekelberg, la Basílica del Sagrado Corazón (o Basilique du Sacré-Coeur) es una joya de la arquitectura del siglo XX. Está construida en estilo Art Decó y tiene 89 metros de alto y 167 de largo, medidas que la convierten en la quinta iglesia más grande del mundo. Se construyó para conmemorar el 75 aniversario de la independencia de Bélgica. 


Desde la distancia, llama la atención la enorme cúpula de color verde situada a 90 metros de altura y su combinación con el color rojizo de la piedra caliza y terracota. El interior es inmenso y, al igual que sucede desde el exterior, acapara la atención la preciosa cúpula que corona la iglesia. 

El mejor mirador de Bruselas. Aunque la vista aérea de Bruselas no es demasiado espectacular, la terraza de la basílica es el mejor punto para comprobarlo. El mirador ofrece vistas de 180ª y está situado a 53 metros de altura. 

Preciosa aunque algo alejada. Aunque la Basílica del Sagrado Corazón es una de las mejores iglesias de Bruselas, está algo alejada del centro de la ciudad.

Dicen que si sólo vas a estar un día en la ciudad, es posible que no tengas tiempo para visitarla, pero a mí me pareció que mereció muchísimo la pena. Fue de lo mejor. Realmente me pareció muy increíble, muy bonita.


Está rodeada de unos jardines por los que puedes caminar hasta llegar a ella.
Entrar a la parte baja de la Basílica es gratuito, disfrutar de las increíbles e impresionantes vistas cuesta 5€, que page con mucha satisfacción.
A Miguel no le apetecía mucho pagarlos, yo realmente creo que mereció mucho la pena.
Desde ella se observa todo Bruselas, edificios y inmensos jardines forman un contraste perfecto. También desde allí puedes avistar a lo lejos el Atomium, y la vista incluso te llega hasta alcanzar a ver la Grand Place, que posteriormente visitaríamos. 

Además de las propias vistas, al subir a la cúpula podréis acceder al museo y a otras partes inaccesibles de la basílica. 

 
 
 
 
 
Después de las magnificas vistas y ya entrada la tarde, nos tomamos una cerveza en un hotel muy peculiar y llamativo que hacia esquina cerca de la Basílica. El cansancio de tan solo haber dormido tres horas se noto nada más que nos sentamos en aquella terraza.



Tras un rato de relax y somnolencia volvimos a poner, con mucho esfuerzo, rumbo al centro. En busca del metro que nos acercara, encontramos un supermercado, que ya hacia horas que buscábamos. Parece ser que cuando dejas de buscar algo es cuando lo encuentras ;) Compras hechas y red bull en vena, continuamos buscando el metro se encontraba por suerte justo al lado. Tras un par de líneas de metro llegamos a Grand Place. El metro está muy descuidado pero es muy fácil orientarse en el. El mayor inconveniente es el precio. Pero es la mejor manera de moverse por la ciudad.

La GRANS PLACE.

La Grand Place es INCREÍBLE. Podría compararse con la Plaza Mayor de Madrid, o la de Salamanca, pero esta es realmente mucho más bonita, es diferente. Los edificios que la rodean son distintos. Terrazas de cafeterías auténticas y cosmopolitas la rodean, todas ellas decoradas y llenas de coloridos maceteros que le dan un toque único a la plaza.





Descendiendo por una de las calles que llegan a la plaza y haciendo esquina se encuentra el Manneken Pis. Creado en el siglo XV, Manneken Pis es uno de los símbolos más representativos y queridos de Bruselas. El Manneken Pis es una estatuilla de unos 50 centímetros que representa a un niño desnudo orinando en la pila de una fuente. Se encuentra ubicada en la parte antigua de la capital belga, entre las calles L’Etuve y Chene, junto la Gand Place.

Leyendas del Manneken Pis

Con el paso de los años se han creado cientos de leyendas sobre el Manneken Pis. Estas son las más extendidas:

El niño de la estatuilla apagó de una forma tan original una mecha encendida, salvando así a la ciudad de un incendio.

Cuentan que durante la batalla de Ransbeke, se colgó de las ramas de un roble la cuna donde estaba el hijo de Godofredo de Lorena. Durante la batalla, el niño salió de la cuna y le encontraron orinando en un árbol.

Según otra leyenda, el hijo de un noble de Bruselas abandonó una procesión para orinar en la pared de la casa de una bruja que le lanzó un maleficio convirtiéndolo en estatua.

Junto con el chocolate, la cerveza, el Atomium o la Grand Place, el pequeño Manneken Pis ocupa uno de los principales puestos representativos de Bruselas. Es una de las visitas más importantes de la ciudad y una foto que no puede faltar entre los recuerdos de los visitantes.

Manneken Pis
Tras un cansado pero profundo paseo por los alrededores de La Grand Place, conocimos un poco más el centro de Bruselas. 

Calles llenas de tiendas de suvenires, gofrerias que desprendían a su paso un olor exquisitamente indescriptible y chocolaterías con auténticos bombones y chocolates belgas, que en esta ocasión no saboreamos, endulzaron el agradable paseo. El ambiente es animado y entretenido. Sin duda la mejor zona de la ciudad.




Después regresamos de nuevo a Gare Du Midi para coger el autobús que nos llevaría de regreso a Charleroi.

 
DORMIMOS EN EL AEROPUERTO CHARLEROI!!! AQUÍ

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