MARRUECOS; Día 1; Marrakech, La Ciudad Roja.


Un miércoles 25 de julio de 2012, a las tres de la mañana, Miguel, Jenni, Noemí y yo cogimos el bus que nos llevaría a Madrid - Barajas para coger un vuelo con destino Marrakech. El vuelo salió a las diez menos cuarto, y fue tranquilo y corto.


Pasadas dos horas aterrizamos en el aeropuerto de Marrakech. Aquí son dos horas menos que en España, así que seguían siendo las diez. El aeropuerto no es muy grande pero es moderno y bonito.

Lo primero que tuvimos que hacer tras aterrizar fue rellenar una pequeña cartulina (visado gratuito) para presentar en el control de pasaportes. Después de pasar el control, en la salida nos esperaba nuestro chófer con el típico cartelito para llevaros al Riad que habíamos reservado.

Los Riad son los albergues tradicionales que hay dentro y fuera de la Medina en Marrakech. Son casas con varias plantas y una azotea llenas de habitaciones, alrededor de un patio interno, decorado con fuentes y plantas. Son alojamientos muy típicos y característicos del país y son muy bonitos. En ellos puedes empaparte un poco más de la cultura conversando con sus trabajadores. Nuestro recepcionista Ayour, era super simpático y nos contaba muchas cosas sobre Marruecos.


La Medina es el centro de Marrakech y está rodeada por una muralla que la separa de la zona nueva de la ciudad. Dentro de la Medina los edificios tienen que tener una altura determinada y deben ser en tonos rojos, por eso a Marrakech se la conoce como “La Ciudad Roja”. Fuera de la Mediana las reglas para edificar son distintas. Dentro de la Medina se encuentra el auténtico Marrakech. Fuera de ella una ciudad nueva y aparentemente más progresista. Dos mundos distintos en una misma ciudad.

LA MEDINA.



El chófer nos dejó cerca del Riad, fuera de la Medina, porque este se encontraba en plena Medina, así que tuvimos que caminar un poco. Por la mayor parte de las calles de la Medina, en las que se encuentran los zocos, no se puede circular en coche. Las calles son muy estrechas, así que la gente acostumbra a ir en moto o a pie.
Tras caminar aprox. cinco o diez minutos por las callejuelas llegamos al riad. Eran tan solo las diez de la mañana y ya hacía mucho calor. El encargado del riad nos recibió.

El Riad se llamaba Casa del Sol. Pasamos y nos sentamos en una pequeña sala. Nos saludó y nos invito a té de menta. Estaba muy caliente pero muy rico. De nuevo tuvimos que rellenar una hoja con nuestros datos. Después nos estuvo explicando cosas de la ciudad sobre el mapa y a continuación pagamos nuestra estancia.

Cuando terminamos, dejamos nuestras cosas en la habitación y nos fuimos. La habitación estaba bastante bien. Tenía dos literas a los lados y en medio un mueble con espejo encima. Enfrente dos ventanas. También teníamos aire acondicionado, algo muy importante para poder dormir por las noches en una ciudad en la que hace mucho calor durante las 24 horas del día. Estamos en julio!


Comenzamos a caminar por las calles del zoco hasta encontrar la plaza Jemaa El Fna. Todas las calles del zoco son iguales y están llenas de puestos con todo tipo de cosas como alfombras, lámparas, especias, comida, telas, regalos, ropa, calzados... un sin fin.



La Plaza Jemaa El Fna es la más importante de Marrakech. Está rodeada de restaurantes y cafés, y llena de puestos de zumos de naranja, señoras que hacen tatuajes de henna, encantadores de serpientes, señores con monos, gente vendiendo otras cosas, y taxis y motos cruzándola sin reglas de ningún tipo.


Además por la noche se llena de más puestos de comida, y la plaza se ilumina y se abarrota de gente lugareña que sale a divertirse y de gente turista que va a cenar.



Después de dar una vueltas por allí y ya agobiados por el calor y la gente, fuimos a cambiar dinero. Todo el mundo nos paraba y nos intentaba vender cosas de todo tipo a nuestro paso. Cerca de la plaza estaba en Hotel Ali, que era el que nos habían recomendado para cambiar dinero. Cambiamos y nos fuimos a comer.

Nos sentamos en un restaurante en la misma plaza. El señor que nos atendió fue bastante amable. Comimos comida típica marroquí, tagine. El tagine puede estar cocinado con ingredientes diferentes. El que comí ese día era tagine de viandes. Es de carne de ternera cubierta de patatas, zanahoria, tomate y aceitunas con especias.

El tagine se cocina en unos recipientes de barro que se ponen en el fuego o en el horno tapado con una tapa también de barro. Te lo sirven en ese mismo recipiente. Estaba bastante rico, aunque el sabor era bastante distinto a la comida de España por la variedad de especias que llevaba. El pan más típico marroquí es redondo y aplastado, como una especie de torta, pero con sabor a pan normal. Este también está bastante rico. Para beber pedimos agua. La comida nos costó 35 dírhams a cada uno aprox. que son unos 3,40 euros.

El Dírham es la moneda de marruecos. Un euro son aprox. son 10 dírhams. Aunque el dírham es la moneda oficial es bastante fácil que en muchos sitios te acepten los euros. Por ejemplo, nosotros pagamos nuestra estancia en el Riad con euros.

Después de comer pasamos toda la tarde dando vueltas por el zoco. Al principio todo el mundo nos agobiaba, así que la cosa nos canso un poco, pero pronto empezamos a comprar cosas y a desatar nuestros dotes en el regateo. Al principio estábamos un poco torpes, pero pronto le cogimos el truquillo.

El zoco es laberintico. Está lleno de calles y calles por las que perderte. También lleno de aromas, aunque no todos ellos son agradables. Personalmente odio como huele el cuero, así que odio el olor de todas callejuelas de puestos en los que venden mochilas, bolsos o carteras echas de este material. Los puestos de especias son los que mejor aroma desprenden.

Hay tres tipos de zocos en Marrakech. El zoco principal es en el que venden todo tipo de cosas y el más frecuentado por los turistas. Es un zoco bonito, con olor generalmente agradable, limpio dentro de las posibilidades del país. Marrakech es una ciudad bastante sucia. Unido a este, está el zoco de comida donde venden de una manera totalmente antihigiénica carne, pescado, verduras y frutas. A este acuden principalmente los marroquíes a hacer la compra para comer diariamente. Las calles donde están estos puestos están sucias y los olores llegan a ser en ocasiones insoportables. Luego está el zoco de las especias, pero este zoco se encuentra en otra zona de la ciudad.

Después de pasar toda la tarde por el zoco comprando cosas, fuimos a visitar la mezquita más importante de Marrakech. Esta está muy cerca de la plaza Jemaa El Fna.

La mezquita Koutoubia es el edifico más representativo de Marrakech. Es grande con una torre muy alta, la más alta de la ciudad. Es muy bonita y recibe el nombre de Minarete. Enfrente de ella hay una plaza. En esta ocasión el suelo estaba cubierto completamente lleno de esterillas y todas ellas cercadas con vallas. Estábamos en periodo de Ramadan así que muchas personas se reunían cada noche delante de esta mezquita para rezar. Como he dicho, estaban en época de ramadán y cada noche después de cenar todos se reunían allí juntos para rezar. Durante el ramadán nadie puede comer, beber, ni fumar hasta que no llegan las siete y media de la tarde que es cuando se pone el sol. A esta hora la mayoría de los zocos cierran y todo el mundo tiene en las puertas de sus casas o en sus zocos preparada la cena para que cuando suene la señal en toda la ciudad, puntualmente ponerse a cenar. Todos cenan de primero en un tazón una sopa típica de Marrakech, que a mí personalmente no me gusto nada.


Después de andar y fotografiar los alrededores de la mezquita volvimos a la plaza. Ya estaban montados todos los puestos para cenar, y la afluencia de gente ya había aumentado.


Hábilmente un chico de un puesto nos persuadió, como no, para que nos sentáramos a cenar allí. Accedimos. Cuando te sientas antes de pedir nada, te ponen pan, aceitunas y una especie de salsa de tomate. No nos decidíamos a pedir y cuando por fin nos decidimos el camarero que nos atendió nos dijo que no tenían lo que pedíamos, aparte se enfado porque nos obligaba a todos a pedir un plato de los que más costaban y no todos queríamos cenar así que comenzó el show.

Pensamos en irnos porque el tío nos trato fatal, pero se habían empezado a comer el pan así que no sabíamos que hacer. La gente no nos dejaba de mirar. Al final decidimos quedarnos y Miguel y yo, que éramos los que queríamos cenar, pedimos lo que nos pareció porque encima no había nada de lo que queríamos. Pedimos calamares y patatas fritas. Lo que pedimos costaba 30 Dírhams. Cuando terminamos y le llamamos para pagar y por fin poder irnos de allí, nos dijo que eran 40.

Discutimos con él, y el tío que cobraba, que era distinto al que nos atendía, no paraba de darnos voces. Al final le dimos los 40 dírhams por no discutir más y nos fuimos. Ridículo total, pero los marroquís de los puestos de comida, y todos en general, tienen mucha cara, y nos estaban obligando a cenar y gastar un cierto dinero con el que ellos se sentirían satisfechos. Y las voces que nos dieron no entiendo a que venían, pero obviamente todos los demás clientes nos estaban mirando.

Después decidimos irnos al Riad, había sido un día agotador por el calor, y estresante por la gente, a la que aun nos teníamos que acostumbrar.

Para volver al Riad teníamos que cruzar por el zoco. Los puestos que seguían abiertos tenían sus luces encencidas. Me encantan los de lámparas porque están especialmente iluminados, son los más bonitos.


Cuando llegamos al Riad Ayour nos recibió. Ayour tenia nuestra misma edad. Al principio le llamábamos Eliur, porque no entendíamos muy bien como se llamaba, pero el respondía a casi cualquier nombre. Congeniamos muy bien con él. Era muy amable con nosotros, así que pronto pasó a ser uno más. No hablaba casi nada de español, pero quería aprenderlo, nos comunicábamos con él en ingles. Después de ducharnos y relajarnos un poquito, Ayour nos propuso fumar una pipa en la azotea del Riad.

Antes de subir a la terraza estuvimos pensando en que hacer al día siguiente. Finalmente decidimos ir al Valle de Ourika. En el Riad organizaban tour por diferentes sitios del país, entre ellos este. Así que decidimos apuntarnos. Sería una visita de 1 día por las montañas Altas y costaba 45 euros desplazamientos, desayuno y comida. Después de comunicarle a Ayour que nos apuntábamos y después de pagarle subimos a la terraza.

En la azotea se estaba muy a gusto, hacia menos calor que dentro del Riad. Ayuor subió un rato con nosotros pero después bajo porque tenía que estar abajo por si llegaba alguien o alguien necesitaba algo. Después de un rato bajamos y tomamos té en una sala de la planta de abajo. El té y la pipa siempre eran gratis. Finalmente subimos a la habitación a dormir porque estábamos agotados.

El primer día fue raro, agobiante, novedoso, caluroso, estresante, curioso, atípico, extraño, diferente. Así era la ciudad de Marrakech.

Sin duda lo mejor estaba por llegar!

DÍA 2: VALLE DE OURIKA. Aquí

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